viernes, 27 de agosto de 2010

Proximity One: Narrative of a City


Los Angeles no es exactamente una ciudad conocida como un epicentro de la música electrónica, por lo menos no al nivel de urbes como Detroit, Chicago, New York, Berlín y Londres. Pero, de una manera más o menos repentina, ha venido ganando renombre como el hogar de una naciente escena electrónica inspirada libremente en las tradiciones del hip-hop y funk de la Costa Oeste, teniendo como epicentro el Low End Theory Club en las afueras de la ciudad.

Más allá de que usualmente tengo problemas a la hora de tratar de describir el sonido de un género, lo es todavía más difícil cuándo ese sonido se encuentra en plena gestación. Tan indefinida es la música de estos artistas que simplemente es descrita como la "escena beat" (no confundir con estos Beats). En general, la música de esta escena suele ser, bueno, basada en beats (aunque qué música electrónica no lo es?) y con una especial predilección por crear texturas espaciosas y abstractas, evidenciando una fuerte influencia del ambient y lo experimental.

Flying Lotus es la figura más conocida de la escena y el encargado de popularizarla internacionalmente, junto con otros productores como Ras G y The Gaslamp Killer (quien produjo el excelente A Sufi and a Killer de Gonjasufi). Pero en Los Angeles existe toda una serie de pequeñas disqueras y netlabels que se han encargado de lanzar el trabajo de algunos de los artistas menos conocidos de la escena. Proximal es una de esas disqueras y, para su primer lanzamiento, decidió realizar una compilación con algunas de las figuras más frescas del movimiento beat junto con una que otra aparición de consagrados como Daedelus y Dam-Funk.

Proximity One: Narrative of a City es el nombre de la compilación y la pueden descargar aquí (hotfile). Y mientras la escuchan, lean este artículo publicado en la última edición de XLR8R en el que aparecen mencionados algunos de los artistas que se escuchan en este disco.

miércoles, 18 de agosto de 2010

They Shit Horses, Don't They?

Y'know, aún cuando este blog tiene una clara preferencia por música electrónica y afro-tropical, de vez en cuándo un poco de guitarra eléctrica no nos cae mal.


Entonces Shit Horse es una banda de Carrboro, Carolina del Norte, conformada por un cantante negro de 51 años llamado Danny "Magic" Mason y un poco de tipos blancos veinteañeros que crean un soundscape psicodélico y garagero (garage-ero?) mientras Magic le grita furiosamente al micrófono. Supongo que los podríamos describir como garage rock, aunque siguiendo un línea bastante idiosincrática dentro del género.

Y bueno, aparentemente son relativamente populares en la zona de Chapel Hill y sus shows en vivo son de puta madre. Pero poco más es lo que sé acerca de ellos. En todo caso, lo que importa es que sacaron hace poco un EP con el hilarante nombre de "They Shit Horses, Don't They?" (hay bandas que simplemente no quieren ser famosas). Está solido, corto pero sustancioso, como todo EP de calidad. Fuck yeah.

Trataría de desciribr un poco más el sonido de la banda pero creo que la foto de arriba lo dice todo.

Bajen el EP aquí (mediafire). Abajo les dejo una de las mejores canciones del grupo: Twelve Horses.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Estos Nuevos Puritanos

Siguiendo con la vibra de fin del mundo, hablemos ahora de These New Puritans, una banda inglesa de art rock conformada por los gemelos Jack y George Barnett, Thomas Hein y Sophie Sleigh-Johnson.

Denominarlos "art rock" es tanto una clasificación adecuada como una molesta simplificación. Es adecuada porque estos tipos evidentemente son bien educados académicamente y, especialmente en su primer disco Beat Pyramid, es posible encontrar influencias y sonidos de bandas típicas del post-punk revival de inicios de década. Pero es una simplificación porque el grupo trasciende el sonido típico del llamado "art rock", llegando a crear precozmente un sonido idiosincrático, agresivo y original.

Como el nombre Beat Pyramid lo indica, la base de las composiciones de These New Puritans es la percusión, la cual aparece prominentemente tanto en su primer disco como en el segundo, Hidden, el cual incluso amplifica la potencia percusiva con el uso de tambores taiko japoneses. Por consiguiente, muchas de las composiciones del grupo adoptan una especie de ritmo militarista y marcial, especialmente en Hidden, con canciones con títulos como "We Want War" y "Attack Music". Beat Pyramid es menos agresivo, pero sus guitarras angulares, su influencia hip-hop y sus líricas dedicadas a temas como la filosofía, la numerología, la astrología y el simbolismo denotan un carácter esotérico y amenazante desde su inicio.

Hidden repite estas preocupaciones temáticas pero expande la paleta musical, incluyendo bajos ominosos, melodías disonantes, cuasi-raps, beats góticos, los mencionados tambores taiko e, incluso, una orquesta con instrumentos como el corno francés y el fagot. Lo que es más, Jack Bernett, el joven líder de la banda, incluso aprendió a escribir música para poder componer correctamente las canciones del disco. Hidden es un álbum denso y difícil de amar, no hay coros pegajosos y el pop o las guitarras de su debút están casi ausentes, pero es ambicioso, visceral y original. Un llamado a las armas sónico para el siglo 21 y uno de los mejores discos de este año.

Y pensar que todo esto lo hicieron esos cuatro flacos, pálidos y aparentemente inofensivos chicos ingleses de la foto de arriba.

Pueden bajar Beat Pyramid aquí y Hidden por acá. Además, les dejo el vídeo de We Want War interpretada en vivo en los estudios de BBC Radio.


jueves, 5 de agosto de 2010

Robert Hood y el techno del fin del mundo


Vamos a seguir un poco más la línea afrofuturista del blog con Omega, el más reciente lanzamiento discográfico de Robert Hood.

Para aquellos a los que no les suena el nombre, Robert Hood fue uno de los pioneros de la escena techno de Detroit allá por los años 80. Fue miembro de la legendaria agrupación techno Underground Resistance, quienes con su mezcla de evocación tecnológica y militancia negra podrían considerarse como el ejemplo perfecto del afrofuturismo musical. Luego de desligarse del grupo, Hood siguió carrera como solista, convirtiéndose en uno de los exponentes más influyentes del "minimal techno".

El techno, con su sonido hipnótico, propulsivo y amenazante, se ha prestado desde siempre para la imaginación de escenarios distópicos. No es por casualidad que su origen sea Detroit, una de las ciudades que más sufrió el fin de la economía industrial estadounidense. Esa afición por lo distópico y apocalíptico queda en total evidencia en este disco, Omega, el cual es una especie de banda sonora alternativa para la película The Omega Man. En ese filme de 1971, Charlton Heston interpreta a un hombre quién se da cuenta que es el único humano sobreviviente de un cataclismo provocado por guerras biológicas.

Como se puede esperar, Omega es un disco con un sonido inquietante, al igual que la atmósfera de la película, y en constante movimiento, como el personaje principal de ésta. Para ser honesto, generalmente no soy muy fanático del techno. Me suele parecer muy repetitivo y, en general, prefiero sonidos más tropicales. Pero cuando hablamos del sonido de una ciudad, no todo es diversión y juegos. Existen aspectos oscuros, violentos y ominosos que también se transmiten por medio de las expresiones musicales. El techno de Detroit ha sido una de esas expresiones y el Omega de Robert Hood se inscribe dentro de esa tradición. Y también sirve para bailar, claro.

Y tal vez, si escuchamos lo suficiente este disco, cuando el fin de mundo llegue, lo recibiremos bailando.

Pueden bajar el Omega aquí (mediafire). Y en FACT Magazine también pueden encontrar un set que Hood tocó en el Festival Sónar en Barcelona hace unas semanas.